1-Introducción y Planteo del Problema
Desde el comienzo de las actividades espaciales en el año 1957, han transcurrido 65 años de historia, lo que refleja la celeridad con que se desarrolló la tecnología espacial que en este lapso no tan prolongado ha pasado a tener una enorme influencia en nuestra realidad cotidiana.
El medio espacial se torna cada día más complejo y congestionado debido a la cantidad de objetos que se encuentran en el espacio ultraterrestre producto del incremento de las actividades privadas, actividades que en un principio eran únicamente estatales, los aspectos económicos espaciales están cambiando con la era del «NEW SPACE».
El costo de enviar satélites al espacio está disminuyendo, sobre todo debido al uso de lanzadores reutilizables y de micro lanzadores y la proliferación de satélites pequeños lo que acarrea una reducción en los precios del transporte de cargas útiles.
Al día de hoy existen varios proyectos algunos ya operativos como “ Starlink , aprobado por la Federal Communications Commission (FCC) en marzo del 2018 , que planea colocar 4225 satélites en órbita baja , con un límite de concreción en el año 2024[1], el proyecto Kuiper , aprobado este año 2023 por la FCC , compuesto inicialmente por 3.236 satélites que brindarán servicio global de banda ancha, contando además con grandes proyectos por parte de la ESA y las agencias espaciales latinoamericanas, que prestaran servicios de comunicaciones y teleobservación de la tierra ,entre otros, brindando un aporte significativo para apoyar el logro de los 17 objetivos de desarrollo sostenible reconocidos por Naciones Unidas[2].
Se presenta entonces, la necesidad de tomar medidas inmediatas para asegurar que el espacio superior continúe siendo un lugar seguro, estable y sostenible para las futuras generaciones.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) definió al desarrollo sostenible como “el desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”[3].
Esto implica un camino hacia una evolución normativa que acompañe a la evolución técnica, operacional y de coordinación de las actividades en el espacio a fin de promover un acceso seguro, la seguridad de las operaciones que se realicen y un retorno seguro a la tierra.
Para lo que se plantea como un principio de solución la iniciativa de gestionar un sistema internacional de control del tráfico espacial, tendiente a garantizar la protección de los satélites que se encuentran operativos ,así como el incremento de las financiaciones tanto privadas como estatales ya que los futuros proyectos se verán protegidos por un orden destinado a evitar la saturación de las orbitas ,el incremento de colisiones y en consecuencia la generación permanente de desechos espaciales (Space debris).Sistema enfocado en evitar el fenómeno anunciado por Kessler[4] en 1991, que en un futuro próximo se tornara altamente perjudicial para la sostenibilidad del espacio ultraterrestre.
La tarea no es sencilla, ya que dicha gestión debe tener como pilares el garantizar el acceso al espacio y su utilización por parte de todos, lo que debe ser acompañado por la no reivindicación de soberanía por parte de los Estados del espacio subyacente a su territorio, principios que surgen del primer tratado de derecho internacional público, proveniente del seno de Naciones Unidas que es hoy el alma mater del Corpus Iuris Spatialis[5].
El problema deviene especialmente en la órbita LEO, órbita baja altamente congestionada y sin regulaciones hasta el momento, siendo el objetivo salvaguardar su futura sostenibilidad.
En esta orbita encontramos en la actualidad gran cantidad de objetos orbitando la tierra y se esperan unos 20.000 más de aquí a 10 años[6], pudiendo enfrentar un aumento de diez a veinte veces el número de naves espaciales activas en órbita dentro de los próximos años, con el agregado de los escombros existentes, más los objetos inactivos. Estas tres cuestiones en consecuencia emergen como el gran problema para lograr una sostenibilidad segura.
Por lo que el momento de actuar es ahora, y no podemos darnos el lujo de descartar o quitar énfasis prematuramente a ningún enfoque particular. Nos encontramos así ante la necesidad de contribuir a un marco de gobernanza espacial ágil, integral y global.
Este marco de gobernanza al día de hoy se encuentra conformado por los Tratados Internacionales vigentes en la materia ratificados por gran parte de la comunidad internacional, derecho vinculante y además por variadas disposiciones de soft law , directrices, lo que no resulta suficiente para pensar en una sostenibilidad a largo plazo.
Por lo que será necesario el agregado de un marco legal para la gestión del tráfico espacial, como también unir esfuerzos y consensuar las mejores prácticas espaciales en la comunidad internacional, tanto respecto de la construcción y diseño de objetos como de su operatividad.
Diferente es la cuestión en la “Órbita Geoestacionaria”, que a pesar de ser un recurso natural limitado[7], dispone de regulaciones de la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones), respecto del procedimiento de adjudicación de posiciones orbitales y radiofrecuencias, regulaciones que, si bien no resultan del todo eficientes en cuanto a la igualdad de acceso, son de crucial importancia para evitar la saturación y las interferencias indebidas en las comunicaciones.
2-Elementos para Gestionar el Trafico Espacial
La primera cuestión que se aborda es la falta de consenso internacional sobre una definición de gestión de tráfico espacial, así como la de sus principales objetivos.
Sobre la definición parece acertada la concluida por la UE, sobre la base de un dedicado estudio sobre los distintos enfoques y definiciones aportados, que define a la gestión del tráfico espacial como:
” los medios y normas para acceder al espacio ultraterrestre, llevar a cabo actividades y regresar de este de forma segura, sostenible y protegida”[8].
Partiendo de esta definición, devienen como esenciales para dar comienzo a una correcta gestión del tráfico espacial ciertos elementos que deben componer las instancias tendientes a lograr una gestión eficaz.
En primer término, el compartir información entre los Estados y las disposiciones relacionadas con la seguridad destinadas a aumentar la transparencia entre los diferentes actores, siendo en primera instancia necesario realizar un análisis informativo sobre las diferentes prácticas, especialmente en referencia a los Estados que llevan a cabo la mayor práctica espacial. Estos deben brindar información y lograr una mayor transparencia en beneficio de la sostenibilidad y de sus propios desarrollos. La información debe ser además tendiente a orientar a los países emergentes en el correcto uso del espacio y de las prácticas bien desarrolladas.
Dando por sentado que alrededor de la gestión del tráfico espacial y el intercambio de información giran cuestiones políticas comprometidas, es necesario fomentar el dialogo y buscar que el sistema de gestión del tráfico continúe siendo debatido el ámbito multilateral del COPUOS, promoviendo la coordinación entre las partes que componen la actividad, Estados e industria privada hoy altamente desarrollada a fin de mejorar la situación del medio espacial, en la actualidad a nivel mundial[9].
Con el auxilio de la información compartida es posible acceder a estándares de conducta tarea que hoy es desarrollada por la Organización Internacional de Normalización (ISO)[10] y el Comité Consultivo para Normas de Datos Espaciales (CCSDS)[11].
ISO es la principal organización internacional que contiene estándares sobre Mitigación de desechos orbitales y de operaciones que se enfocan en capturar las mejores prácticas comerciales relevantes para el mercado y las normas de comportamiento esperadas.
CCSDS desarrolla estándares que permiten a los actores espaciales intercambiar, comprender y trabajar con datos de comunicaciones y navegación espacial, actualmente mantiene 150 estándares activos y 1,094 misiones.
De estos 150 estándares activos, el mensaje de datos en órbita (ODM) es uno de los estándares CCSDS más exitosos y mejor utilizados en la actualidad. Cómo modo de compartir información orbital, maniobras, datos de vehículos y trasmisión de eventos de colisión[12].
En segundo término, se requiere implementar normas de funcionamiento y de seguridad comunes a nivel internacional que, aunque en un principio sean directrices no vinculantes tiendan a dar comienzo a una regulación vinculante.
Respecto de la seguridad y funcionamiento se torna indispensable el acceso a una avanzada tecnología, a la que necesariamente deberían poder acceder los países con menor desarrollo que realicen actividades espaciales con el objetivo de permitir un sistema de gestión global.
Para lo que se torna imprescindible la cooperación por parte de los países que dominan el ámbito espacial como también el acceso a la capacidad financiera por parte de los Estados emergentes para lograr los avances tecnológicos necesarios tendientes a unificar el funcionamiento y las condiciones de seguridad.
La concertación de bloques regionales trae una solución deseable a la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías, a partir del intercambio de datos satelitales y la adopción demetodologías y herramientas comunes que puedan ser empleadas en la región.
La Alianza Latinoamericana y Caribeña del Espacio que tuvimos después de muchas iniciativas el placer de haber concretado en el año 2021, en el marco de la VI Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), desarrollada en la Ciudad de México, se cierne como un organismo internacional de suma importancia, a la hora de coordinar las actividades de cooperación en el ámbito espacial de los países latinoamericanos y caribeños, para el uso y exploración pacífica del espacio ultraterrestre.
Las alianzas además de concebir un aporte financiero conjunto hacen posible el lograr un nivel superior de vigilancia y seguimiento constante lo que constituye un pilar operativo para lograr una gestión del tráfico, desarrollo que ya es llevado a cabo de manera eficaz por el consorcio VSE de la UE[13], que entiende que el conocimiento del medio espacial abarca tres áreas principales, a saber, vigilancia y seguimiento espacial , previsión y seguimiento meteorológico espacial y objetos cercanos a la Tierra.
Esta asociación proporciona datos, información y servicios relacionados con la vigilancia y el seguimiento de objetos espaciales que orbitan alrededor de la Tierra e incluye a los Estados Miembros que quieran unirse a ella, además de ofrecer servicios adicionales a los usuarios europeos e internacionales previendo un presupuesto de 200 millones de euros para servir a la vigilancia y seguimiento de los objetos espaciales[14].
Son de relevancia los mecanismos de notificación entre los actores espaciales, sobre todo en lo referido a los lanzamientos, las maniobras que se realizan en órbita para evitar colisiones y las reentradas a la órbita terrestre.
El comienzo de este proceso que llevara un tiempo prolongado podría dar lugar a lograr disposiciones sobre el derecho de paso, nuevas normas internacionales sobre gestión de las orbitas bajas y del espectro radioeléctrico, lo que implica un aporte para la reducción de los desechos espaciales, tema sobre el que ya existen directrices[15], las que al no ser vinculantes no son eficaces si no existe una amplia cooperación respecto de la compartición de información y transparencia por parte de la comunidad internacional.
La implementación de un sistema normativo. Diferencias entre GEO y LEO.
-Si se intentan aplicar directamente los antecedentes normativos de la UIT para la órbita GEO, pero en LEO, se llega a la conclusión de que deberíamos subdividir el espacio y determinar “posiciones orbitales”, para luego asignarlas a medida que sean requeridas.
Esto podría ser una solución, pero solo a primera vista, ya que está disponible la infraestructura y el antecedente jurídico de GEO para poder implementarlas, pero la diferencia de escala entre una y otra orbita lo torna ilusorio. No puede ser equivalente tener un número reducido de satélites que constelaciones de cientos de objetos espaciales.
En el caso de GEO al ser una órbita única no se generan grandes problemas a la hora de crear divisiones, en cambio en LEO la posibilidad de orbitas es absolutamente infinita.
Por lo que creemos que la alternativa más eficiente para implementar un sistema normativo global es el intercambio de información transparente con la colaboración de las industrias privadas prestando aportes a fin de posibilitar la realización de las maniobras tendientes a evitar colisiones como la proliferación de desechos espaciales.
Vigilancia y seguimiento
– Si bien existe un sistema relativamente sólido para rastrear posibles incidentes de conjunción, no existe un organismo central internacional con la capacidad o autoridad para indicar a las partes involucradas cómo actuar, lo que se presenta como absolutamente necesario para lograr una gestión eficaz.
– Se perfila como indispensable la detección de escombros espaciales para lo que ya se usan diversos métodos entre los que se destacan, las mediciones simultáneas por láser de la distancia de los desechos espaciales y de la curva de luz en una etapa superior durante su reentrada (cohete Long March 3B NORAD 38253)
Cooperación Internacional
-La cooperación de los Estados es crucial para ejercer la función de control de los objetos enviados el espacio, lo que se vería facilitado por el avance de regulaciones jurídicas nacionales en concordancia con la legislación internacional.
Si bien hay muchos desafíos que superar, aun no es demasiado tarde para garantizar que el espacio sobre la Tierra siga siendo sostenible para las generaciones futuras, siendo relevante el actuar responsable por parte de los operadores como también que los gobiernos puedan unirse y acordar una mayor supervisión.
El desarrollo de nuestra sociedad depende enormemente del espacio, el cual debemos considerar un entorno a preservar.
BIBLIOGRAFIA
A/AC.105/1243, Comisión para la Utilización Pacífica del Espacio Ultraterrestre (COPUOS), Informe de la Subcomisión de Asuntos Jurídicos sobre su 60º período de sesiones, celebrado en Viena del 31 de mayo al 11 de junio de 2021.
COMUNICACIÓN CONJUNTA AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO, Un enfoque de la UE en materia de gestión del tráfico espacial. Una contribución de la UE para hacer frente a un desafío mundial, Estrasburgo, 15.2.2022, JOIN (2022) 4 final.
D. J. Kessler y B. G. Cour-Palais, “Collision frequency of artificial satellites: The creation of a debris belt,” Journal of Geophysical Research, vol. 83, no. A6, p. 2637, 1978.
Organización de las Naciones Unidas, “La agenda para el desarrollo sostenible.” https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/
The Aerospace Corporation, “Space traffic management in the age of new space.” https://aerospace.org/sites/default/files/2018-05/SpaceTrafficMgmt_0.pdf
Abril, 2018.
“Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la luna y otros cuerpos celestes,” en Tratados y principios de las Naciones Unidas sobre el espacio ultraterrestre, New York: Organización de las Naciones Unidas, 2002. ISBN: 92-1-300193-2.
Inter-Agency Space Debris Coordination Committee, IADC Space Debris Mitigation Guidelines – IADC-02-01 Rev. 3, June 2021.
Unión Internacional de Telecomunicaciones, “Scrambling for space in space ITU plenipotentiary to tackle ‘paper satellite’ problem.” https://www.itu.int/newsarchive/press_releases/2002/21.html. Comunicado de prensa, 2002.
United Nations, Office for outer space affairs, recuperado de
The European space Agency, recuperado de
[1] Federal Communications Commission Washington, D.C. 20554, FCC18-38, recuperado de
file:///C:/Users/bsasp/Downloads/FCC-18-38A1.pdf
[2] https://www.un.org/es/our-work/support-sustainable-development-and-climate-action
[3] Organización de las Naciones Unidas, “La agenda para el desarrollo sostenible.” https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/ s.f
[4] Wall Mike, Kessler Syndrome, and the space debris problem,2021 recuperado de
[5] «Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes», Articulo 1, 1967.
[6] Space traffic management in the new space era, Journal of space Safety Engineering, Volume 6, Issue 2, 2019.
[7] Convenio de Málaga Torremolinos, 1973,
Art 33-2” En la utilización de bandas de frecuencias para las radiocomunicaciones espaciales, los Miembros tendrán en cuenta que las frecuencias y la órbita de los satélites geoestacionarios son recursos naturales limitados que deben utilizarse en forma eficaz y económica para permitir el acceso equitativa a esta órbita y a esas frecuencias a los diferentes países o grupos de países, según sus necesidades y los medios técnicos de que dispongan, de conformidad con lo establecido en el Reglamento de Radiocomunicaciones.
[8] COMUNICACIÓN CONJUNTA AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO, Un enfoque de la UE en materia de gestión del tráfico espacial, una contribución de la UE para hacer frente a un desafío mundial, Estrasburgo, 15.2.2022l,
[9] Informe de la Subcomisión de Asuntos Jurídicos sobre su 60º período de sesione proporciona datos, información y servicios relacionados con la vigilancia y el seguimiento de
objetos espaciales que orbitan alrededor de la Tierra. s, celebrado en Viena
del 31 de mayo al 11 de junio de 2021.
[10] https://www.iso.org/files/live/sites/isoorg/files/archive/pdf/en/fast_forward-es.pdf
[11] https://hmong.es/wiki/CCSDS
[12] Daniel L. Oltrogge a, ∗, Ian A. Christensenb, Space Governance in the new Space Era, recuperado de
[13] DECISIÓN No 541/2014/UE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 16 de abril de 2014 por la que se establece un marco de apoyo a la vigilancia y el seguimiento espacial.
[14] Reglamento (UE) 2021/696 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 28 de abril de 2021, por el que se crean el Programa Espacial de la Unión y la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial y por el que se derogan los Reglamentos (UE) n.º 912/2010, (UE) n.º 1285/2013 y (UE) n.º 377/2014 y la Decisión 541/2014/UE (DO L 170 de 12.5.2021, p. 69).
[15] Directrices para la reducción de desechos espaciales de la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos, recuperado de