Heráclito no se equivocaba, “todo fluye, nada permanece”. En el mundo del Derecho podemos apreciarlo en su máximo esplendor. La sociedad avanza y el Derecho evoluciona.
Desde tiempos inmemoriales las leyes se modifican y se ajustan a las necesidades de la sociedad, simple y llanamente porque el Derecho, que se expresa a través de un conjunto de normas, es el reflejo de la intención de un grupo humano de ordenar la vida en sociedad, desde el punto de vista de la justicia; un intento por regular sus actuaciones y las de la administración y una lucha constante porque éstas, a su vez, se encuentren codificadas en textos legales, garantizando con ello el control necesario para que prospere el bien común y el respeto de los derechos que nos pertenecen como personas.
En 1763 en Europa, empezaron a surgir las primeras raíces de lo que hoy conocemos como el nuevo y enorme gigante que ha venido para quedarse: la privacidad…