Por Gustavo Marón
La cuarentena dispuesta para resguardar a la sociedad argentina de la pandemia de Coronavirus comenzó el 12 de marzo de 2020, hace poco más de un mes, a consecuencia del Decreto de Necesidad y Urgencia N° 260 suscripto por el Presidente Alberto Fernández. La sociedad y la economía se detuvieron, pero en la Argentina cuarentenada el Trabajo Aéreo prácticamente no paró y apenas sufrió los efectos del aislamiento social, como veremos a continuación.
En perfecta sintonía con el DNU N° 260/2020, el 18 de marzo de 2020 el Ministerio de Transporte de la Nación expidió la Resolución N° 64/2020, cuyo artículo 3 dispuso la suspensión total de los servicios de transporte aéreo de cabotaje comercial y de Aviación General. De inmediato la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) emitió el NOTAM A1665, por el que comunicó a todas las Regiones de Información de Vuelo la suspensión total de actividades de Aviación General, con excepción de los vuelos humanitarios, sanitarios, de evacuación médica, búsqueda y salvamento, verificación aérea, carga y oficiales. En la inmensa mayoría del país se produjo la paralización total de las operaciones aéreas, incluyendo aquellas de Trabajo Aéreo, siendo que el mismo no había sido alcanzado por la restricción.